martes, 20 de marzo de 2012

Fuente de mesa

En la Edad Media y el Renacimiento, era común decorar las mesas durante los grandes banquetes que ofrecían señores y reyes. Entre los motivos decorativos las pequeñas fuentes de agua eran uno de los recursos más empleados, y sabemos de ellas gracias a documentos y miniaturas de la época, ya que apenas sí han llegado hasta nuestros días fuentes como tal.
Uno de esos escasísimos ejemplos, es esta fuente datada en Francia durante la primera mitad del siglo XIV.

Fuente de mesa. Francia, ca. 1300-1350. Plata dorada y esmalte translúcido. Cleveland Museum of Art, Cleveland.


Es una fuente de tres pisos que recrea una construcción arquitectónica de modelos góticos, con arcadas, pináculos, tracerías y remates con formas figuradas.
Originalmente, la fuente estaría colocada sobre una vasija portátil, que permitiese trasladar la fuente de un sitio a otro cuando fuese necesario montar un banquete. El agua se bombearía a través de un tubo central, colocado debajo de la mesa, y el agua emergería a través de las boquillas, cayendo y moviendo las pequeñas ruedas y cascabeles que decoran la fuente, logrando así un melódico tintineo.


El agua caería de un piso a otro, hasta quedar recogida en la vasija inferior, iniciando de nuevo el ciclo rotativo del agua.
La idea era que estas piezas entretuviesen a los comensales durante el banquete, a la vez que mostraba la ostentación del anfitrión, lo que hacía que se realizasen con ricos materiales y se prestase mucha atención a los detalles.

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